El Ejército de las Tres Garantías: El Triunfo de México hacia la Independencia


El 27 de septiembre de 1821 es una fecha crucial en la historia de México, pues marcó la culminación del proceso de independencia y el nacimiento de una nueva nación. La entrada triunfal del Ejército de las Tres Garantías en la Ciudad de México simbolizó no solo el fin de más de tres siglos de dominio colonial español, sino también el inicio de una etapa llena de esperanzas, desafíos y contradicciones. Este ejército, cuya formación y liderazgo habían logrado unir a sectores previamente enfrentados, se convirtió en el emblema de la lucha por la libertad, la religión y la unidad nacional.

Para entender la importancia de este momento, es necesario remontarse al contexto de la Guerra de Independencia que comenzó en 1810 bajo el liderazgo de Miguel Hidalgo. Durante más de una década, insurgentes y realistas se enfrentaron en una lucha feroz y prolongada, sin que ninguna de las partes lograra un triunfo decisivo. La guerra, que comenzó con ideales de justicia social y libertad, se fragmentó en varias facciones y vio tanto victorias como derrotas para los insurgentes. Sin embargo, hacia 1820, el panorama comenzó a cambiar, tanto en México como en la propia España.

En 1820, la restauración de la Constitución de Cádiz en España debilitó la posición de los realistas en México, y muchos criollos, antes leales a la Corona, empezaron a reconsiderar su posición. En este contexto, Agustín de Iturbide, un militar realista que había combatido ferozmente contra los insurgentes, tomó la decisión inesperada de unirse a la causa independentista. En colaboración con el líder insurgente Vicente Guerrero, Iturbide ideó el Plan de Iguala, proclamado el 24 de febrero de 1821. Este documento proponía tres principios fundamentales o “garantías”: la independencia de México, el mantenimiento del catolicismo como religión oficial y la igualdad entre los españoles y los mexicanos, sin distinción de razas o clases.

Con el Plan de Iguala como base, se formó el Ejército de las Tres Garantías, un cuerpo militar que unió a antiguos realistas y insurgentes bajo una misma bandera. Al frente de este ejército estaba Iturbide, cuyo carisma y habilidades diplomáticas lograron cohesionar un grupo diverso que incluía criollos, mestizos, indígenas y hasta algunos peninsulares. Vicente Guerrero, quien había luchado incansablemente por la independencia durante años, también se unió a esta nueva causa, consolidando su reputación como uno de los grandes héroes de la independencia.

El Ejército de las Tres Garantías no solo luchaba por la independencia, sino por un México que, en teoría, sería inclusivo y respetuoso de su diversidad. Las tres garantías –religión, independencia y unión– apelaban a distintos sectores de la sociedad, lo que permitió que el ejército creciera rápidamente en número y en influencia. En agosto de 1821, las negociaciones entre Iturbide y el último virrey español, Juan de O’Donojú, dieron lugar al Tratado de Córdoba, en el que España aceptaba la independencia de México bajo los términos del Plan de Iguala.

Finalmente, el 27 de septiembre de 1821, el Ejército de las Tres Garantías entró en la Ciudad de México sin encontrar resistencia. Fue un momento de júbilo colectivo, en el que las campanas resonaban y las calles se llenaban de gente celebrando el fin de la dominación española. Este desfile no solo representó la victoria militar, sino también la consumación de un sueño compartido por millones de mexicanos. Al día siguiente, el 28 de septiembre, se declaró oficialmente la independencia de México, y poco después, Iturbide sería proclamado emperador del nuevo Imperio Mexicano, inaugurando una etapa de incertidumbre política.

Sin embargo, el legado del Ejército de las Tres Garantías fue tanto inspirador como problemático. Si bien logró unir temporalmente a diversas facciones, las divisiones internas pronto resurgieron. Iturbide, quien había sido visto como un héroe, cayó en desgracia apenas dos años después, y en 1823 fue destituido y exiliado, marcando el fin del primer imperio mexicano. A pesar de la brevedad de su gobierno, las tres garantías establecidas en Iguala dejaron una huella profunda en la historia de México, ya que las ideas de unidad, religión y libertad continuaron siendo pilares fundamentales del discurso político mexicano.

El Ejército de las Tres Garantías sigue siendo recordado como el símbolo de la culminación de la lucha por la independencia de México. Su entrada en la Ciudad de México es vista como el momento en que el país, por fin, logró liberarse del yugo colonial, a pesar de los desafíos que enfrentaría en los años siguientes. A lo largo del tiempo, las garantías de religión, independencia y unidad han sido reinterpretadas y adaptadas a las necesidades de la nación, pero su significado sigue vivo en el imaginario colectivo mexicano.

En resumen, el Ejército de las Tres Garantías no solo representa el fin de la guerra de independencia, sino también el inicio de un proceso de construcción nacional que definiría el futuro de México. Su legado, aunque marcado por las contradicciones y los desafíos propios de una nueva nación, es un testimonio del esfuerzo colectivo por crear un país libre, independiente y unido.

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